18/2/22


 
BILBAO: MARGEN DERECHA

 Los disturbios de 1894, que se iniciaron en la Arboleda, se extienden por el centro de la ciudad. La alta burguesía bilbaína va alejando aún más sus residencias a partir de la primera década del siglo XX hacia el municipio de Getxo y alrededores, coincidiendo con las áreas vacacionales en lo que se conocerá ya como Neguri. El aspecto que singularizará más claramente a Neguri respecto a "las demás promociones residenciales planteadas en Getxo hasta ese momento era su aspiración de atraer residentes definitivos, en lugar de veraneantes y visitantes de fín de semana.”

Allí, en Neguri construirán suntuosas mansiones diseñadas por reconocidos arquitectos, como Ricardo Bastida, Manuel María Smith o Leonardo Rucabado, envueltos en polémicas estilísticas entre arquitectura nacional o regional o arquitectura clásica, con mirada complaciente en los modos de habitar de los ingleses conocidos por las relaciones comerciales de hierro y carbón.

No se trata de un simple alejamiento de la ciudad tradicional si no más bien la consolidación y significación de este grupo oligárquico a través de una identificación territorial, con una sociabilidad exclusiva, pues comparten centros de relación diferenciados como el Club Marítimo del Abra (1902) o el club de golf (1911) y exhiben signos de poder y arraigo territorial, donde la arquitectura jugará un papel fundamental: poder en cuanto a las referencias de los edificios históricos, al estilo gótico y renacentista, y arraigo territorial en cuanto a las referencias populares de las casas fuertes o los caseríos vascos tradicionales.




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