7/3/17













La lectura del territorio

BILBAO: reconversión industrial y territorial

2. Desarrollo industrial y expansión capitalista


Si bien los siglos XVI a XVIII fueron muy importantes para la evolución técnica y cultural del Pais Vasco[1], será en último tercio del siglo XIX cuando la expansión industria adquiere su mayor desarrollo de mano de  una nueva oligarquía, ahora los “señores del acero”, que controla modo y medios de producción [2].
A finales del siglo XIX se produce una fuerte expansión de la industria metalúrgica que a principios del siglo XX aumentará con la demanda de hierro y navíos  como consecuencia de las dos grandes guerras. Es entonces cuando se afianzan las mayores factorías metalúrgicas y navales.
Pero  para aumentar la producción no es suficiente el territorio heredado. Se necesita extender e intensificar sus actividades mineras, navieras y siderúrgicas, situación que ya no cesará hasta el último tercio del siglo XX

Ocupación intensiva del territorio
Para aumentar las instalaciones y la producción se extienden nuevas concesiones mineras y de Dominio Marítimo y Portuario.
Las consecuencias de la intensa ocupación de las riberas de la ría  provocarían graves problemas de contaminación de las aguas y subsuelos. Prácticamente todos los testimonios de las actividades tradicionales astilleros muelles o molinos desaparecen ante este ímpetu transformador que se convierte en un nuevo paisaje
También se intensificará la actividad minera invadiendo núcleos de población tradicionales hasta llegar, incluso, a su derribo para explotar los filones sobre los que se asentaban, como es el caso de Gallarta donde se derribaron  los edificios de un pueblo de 5000 habitantes.[3]

Esta expansión industrial demanda gran cantidad de mano de obra lo que genera una fuerte inmigración que no puede ser alojada en condiciones minimamente adecuadas. La procedencia es tanto del exterior del país Vasco como de una población rural proletarizada.  La ciudad y el territorio [4] crecen desordenadamente y se crean poblados mineros y obreros con viviendas de ínfima calidad y en condiciones medioambientales muy degradadas[5]. Nace así lo que ha sido una de las consecuencias más nefastas de este crecimiento industrial: el alojamiento de la clase trabajadora y, como consecuencia de aquellas condiciones de vida, la organización obrera reivindicativa frente a una clase oligarquica que detentaba la propiedad de minas y fábricas[6].


Continuación: La segregación territorial y social





No hay comentarios: